viernes, 25 de abril de 2014

SER un NO SER



Cuando todo lo que se quiere es la nada, la vida comienza a simplificarse de afuera hacia adentro.  Perdemos la tele, el diario de los domingos, el lavaropas. Nos quedamos sin chimeneas, sin perro, sin llaves, sin casa.

 

Salimos en dirección al puerto, tres valijas nos siguen por la calle, todo nuestro patrimonio.

 

Cuando uno decide no ser, a veces ni la esencia queda. Nos convertimos en ese nadie que no figura en las facturas. Somos un vacío lleno de aire, somos instantes,  pensamientos, al fin, más que ser, nos vamos deshaciendo.

 

El barco tiene diez metros, pero hay que ver la cantidad de sueños que le entran, los propios y los ajenos, como los del barco de al lado, que se prepara para zarpar hacia África y del de más allá que lo pinta, que alza las velas y sale dejando olas de envidia que nos sacuden en seco, mientras seguimos amarrados al poste del puerto, esperando...

 
 
 
 


 
Es cuestión de tiempo, el ahora, que parece eterno. El mañana se carga de expectativas y es inútil mirar atrás para identificar un camino coherente, esto parece lo que es, una huida radical de todo lo conocido y por conocer.

 

Al fin comprendo la frase de Borges “Si yo no lo pienso, el mundo no existe”. Mi mente no procesa ni calcula ni mide ni resta. Soy mi circunstancia. Después de todo no tiene nada de malo vivir en la orilla, cuando ese margen es tan inmenso y  neutral.

 

Desde el  barco, vemos el horizonte y el espacio ambiguo entre aquí y allá. Nos entregamos al viento, que un día de estos, va a soplar fuerte.  
 

domingo, 20 de abril de 2014

Viajero que escribe, o escritor que viaja




A veces más uno que otro, a veces los dos. Cuando el lugar al que llego, me recibe con intrigas y mal tiempo, suelo ser una escritora que interpone entre sí y el alrededor una pluma y una hoja subjetiva, cargada de conceptos instantáneos, como si me asomara a tomar una foto panorámica y volviera al intramuro para reflexionar sobre intuiciones de culturas extrañas, donde la escritora despliega toda la magia de su libre interpretación, válida más para la fantasía que para la narración.

En cambio, si espero esa llegada con anticipación, si se trata de un lugar místico o una simple sorpresa del itinerario, me gana el espíritu aventurero y me lanzo a la calle, abro paso entre la gente al igual que un explorador que a fuerza de machete atraviesa  la selva. En estas ciudades rara vez puedo escribir, se me pasa el tiempo absorbiendo emociones para las que nunca encuentro adjetivos. Esa viajera no quiere ser escritora de oficio.
 
 






Se podría decir que mi vocación es ambigua aunque el gran punto en común entre la viajera y la escritora es la libertad que no consiste solo en seguir la propia voluntad, sino también a veces, en huir de ella.
 



domingo, 13 de abril de 2014

Todas las que somos...



 
Hace un año escribía el ensayo “28 razones para ser uno mismo” y hoy bien podría agregar una nueva razón  pero creo que al fin, luego de 29 años, ya no necesito buscarme en ninguna cifra, en ninguna excepción.

Soy sentimiento, soy viento, soy vibración. Somos muchas como Neruda, y entre todas somos lo que soy.

 

De tantos hombres que soy, que somos,
no puedo encontrar a ninguno:
se me pierden bajo la ropa,
se fueron a otra ciudad.


Mientras escribo estoy ausente
y cuando vuelvo ya he partido:
voy a ver si a las otras gentes
les pasa lo que a mí me pasa,
si son tantos como soy yo,
si se parecen a sí mismos
y cuando lo haya averiguado
voy a aprender tan bien las cosas
que para explicar mis problemas
les hablaré de geografía.

Pablo Neruda

 

Me fui haciendo con la gente que me quiso, con la que se demoró para enseñarme, con los libros que cayeron en mis manos, con los lugares donde intenté quedarme y jamás regresé.
 
 







Soy la suma y la resta del logaritmo infinito que comenzó mucho antes de aquel 13 de Abril cuando vine al mundo, me antecedieron las expectativas sobre cómo sería, cómo iban a llamarme y continuarán quizá después de mi muerte, con opiniones  sobre lo que habré hecho y quién he sido de verdad.

Mientras tanto soy silencio, soy rebeldía, soy ayer, mañana…soy ahora. La suma y resta, que nos hace a cada quien, igual a nada