Hace un año escribía el ensayo “28 razones para ser uno mismo” y hoy bien
podría agregar una nueva razón pero creo
que al fin, luego de 29 años, ya no necesito buscarme en ninguna cifra, en
ninguna excepción.
Soy sentimiento, soy viento, soy vibración. Somos muchas como Neruda, y
entre todas somos lo que soy.
De
tantos hombres que soy, que somos,
no puedo encontrar a ninguno:
se me pierden bajo la ropa,
se fueron a otra ciudad.
no puedo encontrar a ninguno:
se me pierden bajo la ropa,
se fueron a otra ciudad.
Mientras escribo estoy ausente
y cuando vuelvo ya he partido:
voy a ver si a las otras gentes
les pasa lo que a mí me pasa,
si son tantos como soy yo,
si se parecen a sí mismos
y cuando lo haya averiguado
voy a aprender tan bien las cosas
que para explicar mis problemas
les hablaré de geografía.
Pablo
Neruda
Me fui haciendo con la gente que me quiso, con la que se demoró para
enseñarme, con los libros que cayeron en mis manos, con los lugares donde
intenté quedarme y jamás regresé.
Soy la suma y la resta del logaritmo infinito que comenzó mucho antes de
aquel 13 de Abril cuando vine al mundo, me antecedieron las expectativas sobre
cómo sería, cómo iban a llamarme y continuarán quizá después de mi muerte, con
opiniones sobre lo que habré hecho y quién he sido de verdad.
Mientras tanto soy silencio, soy rebeldía, soy ayer, mañana…soy ahora. La
suma y resta, que nos hace a cada quien, igual a nada
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