viernes, 14 de febrero de 2014

YO VIVIA EN EL BOSQUE



Mi canción del oso, sería una historia al revés.





Yo no vivía en el bosque muy contenta, porque a pesar del aire y del verde, sentía los hierros invisibles de una jaula mental.

Mi rutina era una acrobacia de piruetas de circo, montada en carromato con giras por el mundo, que sin embargo, nunca se alejaban lo suficiente del tigre viejo, que me precedía en el acto.

La moraleja es que ahora, que llegué a un pueblito alejado y que las mañanas y las tardes son mías, sigo pensando en el bosque de cemento de mi ciudad. Quizá las jaulas sean eternas, tal vez haya algo que siempre nos atormenta o no exista mundo lo suficientemente lejano, de los lugares de dónde uno, no se quiere realmente alejar.

Me vienen imágenes de la manada incompleta y  me siento un oso exiliado. Lo bueno es que en la distancia, mi vieja es más eterna y mis hermanos, más hermanos. Siento más íntimos a mis amigos, más serio mi oficio y más presente a mi pasado.

De alguna forma, en este pueblito sin candado, el bosque me sigue los pasos...soy mitad oso y mitad humana y estoy contenta, de verdad.
 

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