Espero
curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte,
de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral
en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad. Me
receto paz y convicción de que nuestros tiempos han acabado.
¿Te
parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni
es poco, es bastante. A
decir verdad creo que una semana es demasiado tiempo, las
pasiones inexplicables, merecen acciones drasticas. En una semana
se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado
sobre la tierra y se les puede prender fuego. Porque las mejores
palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Nos hemos dicho
bastante poco y es cierto que ya no hace falta deleitarnos con pretéritos perfectos, cuando se puede
acariciar los beneficios de un NUEVO presente verbal.
Haz lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. Aunque yo preferiría liberarlo, como esa paloma que mantuvimos en cautiverio por el simple placer de sentirnos dueños de una paz que soñaba emprender vuelo. No sirve, es cierto. Ni ha servido nada de lo que hemos intentado y sin embargo, esa palabra que adorabas, el tiempo ha pasado y aquí seguimos, como una continuidad absurda. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Ojalá no logres entender nada. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón. Un panteón merecido, un lugar privilegiado, que no hubiera nunca encontrado sin haberme perdido primero.
Gracias. Adiós. Suerte.
|
Me gusta colocar al lector en la escena y que sea su interpretación la que defina la atmósfera del relato. Me gusta la escritura enigmática, que involucre la complicidad del lector.
martes, 25 de marzo de 2014
Diálogo con JAIME SABINES
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario