martes, 20 de mayo de 2014

Re-hacer-NOS



Amaneció comprendiendo que estaba recién nacido. Miró por la ventana, buscó imágenes, se acordó de otra gente, otros lugares. Era un hombre con pasado, pero a veces eso no significa haber vivido.

 

En su cama dormía una mujer y al mirarla, supo que él aún dormía dentro de ella. Que de alguna forma, la habitaba.
 

     


Reconoció un calor, una emoción ajena y se acostó nuevamente a su lado, como si no hubiera otra opción. Se hundió entre su pelo, no entendía y estaba más seguro que nunca.

 

Podría haberse ido y dejarle una nota. Podría haber sido el hombre que era, pero ya no era solo un hombre.

 

Se escondió entre las sábanas y cerró los ojos, negando el día, el ayer y el mañana. Y soñó que la soñaba y en sus ojos de nube, supo que ella también lo habitaba. Por primera vez, un sueño, fue la única realidad posible.


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