sábado, 31 de mayo de 2014

A la deriva


Hace 9 meses que me despido y confieso que debería estar más asombrada que agradecida, pero me encuentro en una aceptación casi natural del cambio constante.

 

No sé si alguna vez soñé con una casa, de todas formas dudo volver a considerarlo como opción compatible. Me seduce la idea de ser un poco de todos lados, dedicarme a vivir como si las cosas no fueran importantes, incluso no fueran necesarias.

 

Quizá movilizar mi entorno para avanzar sin moverme. Quizá un barco, cuyo interior me acune en una continuidad paralizada y los mares y las tierras me giren, me recorran, me visiten y queden atrás. Mis diez metros cuadrados de auto, casa, avión, pasaporte, oficina y vacaciones, todo a la deriva.



 

 

Hace 9 meses que me despido de mi misma, de las respuestas, de las certezas. No quiero irme, ni me quiero quedar. Quiero moverme a veces y otras veces que sean las cosas las que se muevan.
 
 
 
 
 
 
 



 

domingo, 25 de mayo de 2014

Con las ruedas gastadas de ganas



Si no la apoyo contra la pared, probablemente se incline en dirección al piso hasta acabar desparramada en la habitación, vencida no tanto por el peso, sino por el tiempo. Están a punto de quebrarse las ruedas, uno de los broches se partió hace dos años y ya no le cierra el candado. La miro con dudas, quizá no deba llevarla al próximo viaje pero es difícil pensar que me subiré a un avión sin ella, luego de quince años de giras por el mundo.

 

La fiesta comenzaba cuando la desempolvaba de abajo de la escalera. Le costaba salir de su sitio apretado, crujía, se enroscaba, se despedía de las otras,  que con algo de envidia le deseaban buen viaje, quizá preguntándose por qué siempre elegía la misma, si ellas eran más nuevas, más grandes...jamás se perdió, jamás se abrió, jamás le sonó una alarma de aduana.

 
La recuerdo en Disney, custodiando la carga invaluable de mi diario íntimo, en París, con el cierre semi-explotado por haber cruzado el atlántico con mi vestido de quince, o en Chicago largando pelos de zorro por la cremallera, para hacer frente al invierno con mi tapado de piel. Por Cuba, subida a caballo para atravesar un monte. En Italia, recorriendo Sicilia en barco y por Roma, un aventón de cinco cuadras en VESPA. En Nueva York, caminando casi dos kilómetros porque la dueña estaba inspirada y se le antojó recorrer la city a pie...o la vuelta en limusina por San Francisco, a pesar de que le tocó ir en el baúl. La recuerdo en Canadá, frente a las autoridades de frontera que casi la detienen, pero por suerte la de atrás parecía más regordota. Las 24horas que estuvo en Londres, sin descanso, siguiendo los pasos de mi obsesión por encontrar la casa TWININGS, dos conexiones de metro y un paseito por el bus colorado.

 
Sigo creyendo que el mejor viaje de mi vida fue por las tierras de Irlanda y ella opina lo mismo, pero si de complicidad se trata, podría resumir toda nuestra historia con una imagen, a las once de la noche, luego de que nos cancelaran un vuelo en Madrid, doblando juntas la esquina hacia el metro en cuyo vagón no había nadie más que nosotras para bajarnos sin miedo y sin dudas en TIRSO DE MOLINA y respirar hondo frente a la casa de JOAQUIN y regresando al aeropuerto, con la mejor anécdota de todo el viaje.

 
Mi valija se jubila, después de haber recorrido también MI PAIS en auto, camioneta y avión...glaciares, sierras, tierra colorada. Desde los 4000mt de la cordillera hasta el escondite bajo la escalera de casa. Me parte el alma verla rendida y aunque me jura que está lista, ella y yo sabemos que va a ser nuestro último viaje juntas. Quizá la entusiasme ir al único rincón del mundo que aún no conoce, quizá le sorprenda que esta vez, la lleve de la mano el hombre que va a mi lado y entienda de alguna forma, que es el fin de una era.
 

 


martes, 20 de mayo de 2014

Re-hacer-NOS



Amaneció comprendiendo que estaba recién nacido. Miró por la ventana, buscó imágenes, se acordó de otra gente, otros lugares. Era un hombre con pasado, pero a veces eso no significa haber vivido.

 

En su cama dormía una mujer y al mirarla, supo que él aún dormía dentro de ella. Que de alguna forma, la habitaba.
 

     


Reconoció un calor, una emoción ajena y se acostó nuevamente a su lado, como si no hubiera otra opción. Se hundió entre su pelo, no entendía y estaba más seguro que nunca.

 

Podría haberse ido y dejarle una nota. Podría haber sido el hombre que era, pero ya no era solo un hombre.

 

Se escondió entre las sábanas y cerró los ojos, negando el día, el ayer y el mañana. Y soñó que la soñaba y en sus ojos de nube, supo que ella también lo habitaba. Por primera vez, un sueño, fue la única realidad posible.


sábado, 10 de mayo de 2014

Para no olvidarme de mi...







Para no olvidarme de mí

me pierdo entre la nada,

avanzo segura, a ningún sitio

sin ver mas allá de mi cara.

 

 

Para no olvidarme de mí

llego hasta el borde del camino

me asomo y soy viento

que avanza hacia el vacío.
 


 
 

 



Para no olvidarme de mí

procuro negar el deber,

colecciono, arriesgo, replanteo

y apuesto a querer sin saber.

 

 

Para no olvidarme de mí

me comprometo con la rebeldía,

con lo que no se ve, ni se dice,

pero existe todavía.

 

 

A falta de miedo, me sobra gana.

A veces no sé quién soy y en esos momentos,

a falta de certezas, sé que soy nada.


 
 



martes, 6 de mayo de 2014

-----SALDOS----


 
Cómo rematar el tiempo muerto,

cómo perder más que la nada.

Es igual volar sin alas

y el castigo sin escarmiento.

 

 

Peor es no darse cuenta,

peor es creer la mentira.

Así como existen antibalas,

yo conozco un anti-heridas.

 

 

Mientras respire, me perdono,

mientras se pueda seguir, sigo.

El día que me quede sin excusas,

no valdrá la pena lo perdido.

 

  

Y así se suma y se resta,

y así quedan las cuentas en suspenso.

Lo que se gana y se pierde,

se sabe al final del presupuesto.

 

 

Quizá, tal vez, algún día,

quizá no lleguen nunca.

Para mí el hoy es todavía,

mañana te cuento si me sobra.

 

A veces es mejor el recuerdo,

a veces es mejor el olvido.

Y como a veces, no es tan seguido

acepto, levanto la frente y camino.
 
 
 
 

viernes, 2 de mayo de 2014

Diâlogo con JOAQUIN


Mi futuro es pretérito imperfecto, mi pasado, nostalgia del presente. Por diseñar castillos sin almenas, perdí otra vez las llaves de mi casa.

Y en esa inseguridad a veces no hago pie, porque floto y como floto toco el techo y las estrellas que siguen lejos y fueron tan cercanas.




Escribo solo por matar las tardes, por no deshacer las maletas…

Escribo porque no quiero perderme de mi, para invitarme al sentido y por permitirme la sin razón. Escribo porque no sé pasar los días de otra manera y porque no conozco más realidad que la fantasía.



Perdí mi sueldo de bombero un día que por echar troncos al fuego, quemé los muros de la patria mía.

Me quité el traje de lo correcto y los zapatos de rebeldía. Dejé de ser quién no debía y ahora que todavía no se lo que puedo, solo se que no soy lo que no quiero.




Si nos hundimos antes de nadar, no soñaran los peces con anzuelos. La noche se hará tarde tan temprano que enfermarán de otoño los inviernos.

Si le entregamos el mañana al destino, condenamos el ayer a ser excusa. Yo vivo sin ley y sin permiso y soy toda la verdad que vale la pena creer.








Todo acaba cuando nos quedamos mudos llenos de gritos
cuando uno mas uno son tu y todos los tuyos
cuando saco mi orgullo, del canasto de las heridas.

Todo acaba cuando se pierde el sentido, cuando la pena vale en negativo, cuando nos quedamos sin dardos y llenos de agujeros.



Son treinta años que no maduro
ni aprendo, ni sedo, ni resigno
solo soplo, trago polvo y estornudo

Son treinta años, cuarenta vidas, cincuenta historias repetidas. Son los riesgos de quien no acepta morir aburrido.




El amor no existe, ni la vida, ni el mañana
solo la muerte, solo la peste, solo las ganas


Y el que diga lo contrario, deberá tener al menos dos excusas, porque las excepciones cuando son una sola, suelen ser una mala interpretación